HISTORIA

Prada, el imperio de Miuccia

En una industria en la que dos grandes conglomerados se reparten la titularidad de la mayoría de firmas, las que consiguen ir por libre resultan ser imprescindibles. Una de ellas es Prada, que no solo es dueña de sí misma, sino de otros.

La firma fundada por Mario Prada en 1913 consiguió llegar a lo más alto en el mundo de la maletería y marroquinería, hasta el punto de ser proveedor oficial de la familia real italiana, un negocio lucrativo pero muy alejado de lo que es hoy en día. Todo cambió con Miuccia Prada, nieta del fundador e hija díscola de la familia.

Miuccia, doctorada en ciencias políticas, era una joven militante del partido Comunista que, en sus propias palabras, “no quería entrar en ese mundo. Para una feminista era una posición incómoda”, llegó incluso a estudiar para ser mimo en el Piccolo Teatro de Milán. Pero en un extraño giro de los acontecimientos, a finales de los 70, decidió tomar las riendas y así, junto a su marido Patrizio Bertelli, ahora CEO de la firma, convertir el negocio familiar en el Prada de ahora, un negocio aún más lucrativo que el anterior que le ha generado una fortuna de unos 2.900 millones de dólares según Forbes.

Su reinterpretación de la mujer y su uso de lo feo la convierten en una marca que hace eso que llaman “moda intelectual”. En 1985, contra todo lo que representaba hasta entonces ser una firma experta en piel y marroquinería, lanzó mochilas de nylon, material que se ha convertido en símbolo de la casa y sigue produciendo accesorios que son éxito de ventas hoy. En 1988 lanzó su primera colección prêt-à-porter, cambiando por completo la imagen hipersexualizada de la mujer que imperaba en el momento por una que vestía de marrón y llevaba zapatos planos, según el crítico Alexander Fury en The Independent, “provocó un movimiento sísmico sartorial similar al ‘New Look’ de Christian Dior en 1947″.

En la moda o eres de los que crea las tendencias o de los que las sigue. Prada, obviamente, es de las primeras, y es que algunos se refieren a ella como el “oráculo de las tendencias”, lo que muestra Prada en un desfile, lo vemos siempre en varios de las siguiente temporada. Lo cierto es que es una de las firmas más copiadas, tanto por otras firmas de lujo como por el low cost, y muchos diseñadores de éxito, como Marc Jacobs o JW Anderson (Loewe), se declaran fan de la propia Miuccia. Nunca ha ido en la misma dirección que el resto y, aun así, todos han querido seguirla.

En 1992 fundó Miu Miu (apodo con el que la llamaba su familia en la infancia), un capricho de Miuccia y la hermana pequeña de Prada, más femenina e incluso naif. Si Prada era lo conceptual y artístico, MiuMiu era lo vendible. También ha sido una pionera en temas de sostenibilidad, siendo una de las 32 marcas que firmaron en 2019 el Pacto de la Moda.

Otro de los grandes intereses de la pareja es el arte, en 1995 fundaron Fondazione Prada y en 2015 establecieron su museo en Milán, dedicado al arte contemporáneo y que cuenta incluso con un bar ideado por el director de cine Wes Anderson, tampoco podemos olvidar su apoyo a la icónica «no-tienda», Prada Marfa. Como último gran movimiento de la firma debemos hablar de su ahora co-diseñador Raf Simons (antes Jil Sander, Dior y Calvin Klein), que desde 2020 diseña las colecciones de Prada en colaboración con Miuccia, cambiando por completo la manera tradicional de hacer las cosas en la moda.

Prada primavera verano 2021, primera colección diseñada junto a Raf Simons

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