Grandes comebacks de la moda, parte 1: Gucci y Balenciaga

Cuando pensamos en históricas firmas como Gucci o Balenciaga, tendemos a pensar que siempre han estado en lo más alto, que desde que sus icónicos fundadores consiguieron el éxito, estas firmas se han mantenido en el podio de la moda, inquebrantables, pero nada más lejos de la realidad.

Y es que, incluso las firmas más grandes que podamos imaginar, han pasado por etapas duras en las que no interesaban a nadie y las facturas se acumulaban. Pero, como la moda es una industria en la que, como dicen, todo vuelve, algunas de estas firmas consiguen volver a lo más alto, esta vez de la mano de un nuevo diseñador. Cuando pensamos en el éxito actual de Chanel, deberíamos pensar más en Karl y menos en Coco, cuando pensamos en el de Dior, el mérito es más bien de Galliano y no tanto del propio Dior, y si pensamos en Gucci, ¿qué hubiera sido de Gucci sin Tom Ford?

Por eso, para entender mejor las idas y venidas de las grandes firmas y recordar que, hasta la más famosa puede caer en el olvido si no encuentra al diseñador adecuado, hoy hablamos de algunos de los comebacks más importantes de la historia de la moda y sus protagonistas.

Gucci, Tom Ford:

Cuando Tom Ford tomó las riendas de la casa italiana en 1994 esta se encontraba al borde de la bancarrota y a su salida de la firma, tan solo 4 años después, estaba valorada en 4.000 millones de dólares. Solo entre 1995 y 1996 Gucci incrementó sus beneficios la friolera de un 90% y, con tanto beneficio acumulado, acabó montando su propio conglomerado: el Grupo Gucci, más tarde adquirido por Kering, actual propietaria de Gucci.

Pero no solo de números va la cosa. La etapa de Tom Ford en Gucci es una de las más conocidas de su historia y las prendas diseñadas en aquel entonces, por lo tanto, las más buscadas en páginas de segunda mano por la clientela que más sabe de moda. Como dijimos en el post sobre la historia de los diseñadores de Gucci, “la chica Gucci de Tom Ford es agresivamente sexy”, un estilo que funcionó genial en la época y muchos desean que volviera ahora tras la salida de Alessandro Michele (responsable del feísmo y lo nerd en Gucci) de la firma. Sin embargo, todavía no está muy claro el camino que Gucci pretende seguir.

Balenciaga, Nicolas Ghesquière:

Aunque ahora resulte difícil creerlo, hubo una época en la que Balenciaga no le interesaba a nadie. En 1968 Cristóbal Balenciaga decidió retirarse de la moda, ya que se negaba a adaptarse a los nuevos tiempos como el resto y hacer prêt-à-porter, algo que la sociedad del momento exigía. Cuatro años después, con su fallecimiento, la maison se quedaría huérfana definitivamente y entró así en una etapa en la que, básicamente, sobrevivía gracias a la venta de perfumes y el legado del propio Cristóbal (sobre todo en el mercado japonés).

Hubo varios intentos fallidos de devolverle la fama lanzando colecciones de prêt-à-porter, hasta la llegada de Nicolas Ghesquière en 1997, un joven diseñador de tan solo 24 años, formado en los talleres de Jean Paul Gaultier. Tres años después de la llegada de Ghesquière a Balenciaga los grandes conglomerados de moda ya estaban intentando hacerse con la firma y Balenciaga volvía a estar en boca de todos. Acabó haciéndose con ella el Grupo Gucci que se quedó con el 91% de la firma (más tarde, como hemos comentado antes, Kering se hizo con el Grupo Gucci lo que hace que ahora tanto Gucci, como Balenciaga pertenezcan al mismo conglomerado de lujo).

Ghesquière siguió siendo director creativo de Balenciaga hasta 2012, teniendo su mayor pico de éxito con la colección de primavera verano 2008, una colección considerada, a día de hoy, historia de la moda.