HISTORIA

Los comienzos del imperio Ralph Lauren

Cuando de niño le preguntaron qué quería ser de mayor, Ralph Lauren (por aquel entonces Ralph Rueben Lifshitz) respondió “millonario” y vaya que lo consiguió, en el año 2018 Forbes lo situó en el puesto 71 de su lista de los 100 estadounidenses más ricos.

Ralph nació en una familia acomodada de inmigrantes judíos en 1939, en el Bronx neoyorkino. Pronto supo que quería llegar alto y junto a su hermano Jerry se cambió el apellido Lifshitz por Lauren, que le sonaba mejor para su futuro éxito.

Tras graduarse, empezó a estudiar empresariales pero pronto lo dejó. Empezó a trabajar como asistente de compras y después estuvo en el ejército de 1962 a 1964. De vuelta, trabajó para el fabricante de corbatas Abe Rivetz, y tras esta, para Beau Brummell, donde, a sus 28 años, convenció a su jefe para lanzar su propia línea de corbatas.

Todo cambió cuando el fabricante de ropa Norman Hilton le prestó 50.000$ para crear su propia firma de corbatas (que llamaría Polo), y pegó un salto definitivo cuando la marca Neiman Marcus lo dejó sin stock tras comprar 1200 de ellas. Esto llevó a Ralph a dar un paso más allá y crear su primera línea de ropa masculina en 1968, con su tan reconocida estética Ivy League, vamos, un estilo pijo-clásico, lo que en Estados Unidos se conoce como WASP (blanco-anglosajón-protestante). Pudo colocar su firma en una única percha de un showroom del Empire State Building y se encargó él mismo de llevar los encargos a las tiendas durante los primeros meses.

Para 1969 Bloomingdale´s ya vendía Ralph Lauren en exclusiva. Sí, el Bloomingdale´s de Rachel de Friends que más tarde trabajó para Ralph Lauren, todo tiene sentido. Fue la primera vez que Bloomingdale´s daba un espacio exclusivo a una firma para crear su propia boutique interna.

Mítica escena de Friends en la que Rachel y su jefa coinciden con Ralph en el ascensor

En 1971 entró en la moda femenina con una línea de camisas y lanzó su icónico logo del caballo y el jugador de polo, y un año más tarde creó su primera línea femenina. Es entonces cuando la firma empieza a abrir tiendas propias, y el resto, es historia.

Ralph Lauren ha sabido vender, además de prendas, un estilo de vida y una estética muy reconocible que da valor a su marca, y es que, en palabras de Audrey Hepburn, “Si dices que algo es ‘muy Ralph Lauren’, inmediatamente se entiende lo que quieres decir”.

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