Dior viaja a Atenas para su última colección

A diferencia de Louis Vuitton, Dior ha vuelto a la presentación de la colección crucero clásica. Esta vez, para la temporada crucero 2022 la firma italiana ha viajado al estadio Panathenaic de Atenas, donde ha ofrecido un espectáculo de media hora con público (principalmente local), fuegos artificiales y show musical de la cantante greco-americana Ioanna Gika.

Según Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior, la inspiración principal de la colección ha sido el movimiento y el deporte. Todo surgió durante la pandemia, cuando tuvo que reorganizar todo su mobiliario para hacer hueco a la máquina de pilates, de ahí surgió la idea de que el movimiento es, a fin de cuentas, libertad. Y cómo no, para hablar de deporte ha viajado a la cuna de las olimpiadas, a pocas semanas de que se celebren las de Tokio.

En contraposición con el deporte también ha querido inspirarse, obviamente, en la estética griega clásica, esa con la que tanto ha jugado la diseñadora desde sus inicios en Dior, y sobre la que recalca lo siguiente: «yo vengo de Roma, no lo olvides. A mi alrededor las referencias griegas están por todas partes, en cada estatua. Ese es mi background«. De todos modos, Chiuri no ha querido, en sus propias palabras, «caer en el cliché», algo que no estamos seguros que haya logrado. Así, sumando ambas inspiraciones, surgen prendas ligeras con plisados y drapeados tipo túnica clásica combinadas con zapatillas deportivas, camisetas técnicas y capuchas, así como prendas directamente deportivas con estampados más clásicos.

El desfile ha cerrado con un vestido inspirado en el traje que Marlene Dietrich llevó en 1935 para disfrazarse de Odette (El Lago de los Cisnes), pero lo cierto es que en redes se ha comparado más bien con el famoso vestido que Bjork llevó a los Oscar en 2001.