HISTORIA

Azzedine Alaïa, escultor de la moda en la sombra

Mucho antes de que todo el mundo quisiera salirse de los calendarios de la moda oficiales ya había un diseñador que trabajaba a su ritmo y presentaba las colecciones solo cuando consideraba que estaban listas. Ese era Azzedine Alaïa el diseñador tunecino que definía el calendario como “infierno comercial” y odiaba la farándula que rodeaba la industria.

El conocido como “escultor de la moda” nació en una familia de granjeros de Túnez en 1935 y descubrió la moda gracias a su hermana gemela y una amiga de su madre que le mostró unas Vogue. Su apodo no es de extrañar, ya que a los 15 años mintió sobre su edad para estudiar escultura en la escuela de bellas artes de Túnez, algo que ha impactado sin duda al estilo de sus diseños.

A finales de los 50 se mudó a París, donde sucedía todo en el mundo de la moda, a buscar su oportunidad. Trabajó para Dior, Guy Laroche y Thierry Mugler y en los 70 abrió su propio atelier, en el que diseñaba y producía, casi en secreto, para clientes particulares de la jet set.

En 1980 lanzó su primera colección prêt-à-porter, redefiniendo la silueta femenina con un estilo marcadamente sexy de prendas que abrazan el cuerpo femenino a cada centímetro. 4 años más tarde ganó el premio del Ministerio de Cultura de Francia al mejor diseñador del año y a la mejor colección del año. También le concedieron la Legión de Honor francesa, que rechazó.

Grace Jones con el icónico vestido «hood» / REX FEATURES

Según cuenta Grace Codington, ex editora creativa de Vogue USA, en sus memorias “Su corte era enigmático. Tenía mucho talento artístico y mucho dominio de la costura y sin embargo no era Alta Costura. No se escondía nada bajo bordados ni capas, hacía prendas muy femeninas que dibujaban perfectamente el cuerpo”. Y es que Azzedine era de los pocos que podía confeccionar sus propias prendas.

Llegó a coleccionar más de medio millar de piezas de Balenciaga, por las que se tuvo que enfrentar a varios museos y fue él quien descubrió a la top model Naomi Campbell en el 86. La vio en París con 16 años y tuvo que pedirle permiso a su madre para que desfilara para él, ella se lo permitió, a cambió de que acogiera a Naomi en su casa, ya que no tenía edad para andar sola por la ciudad. Desde entonces Naomi se refirió a él como papá y fue su musa principal durante toda su carrera.

Azzedine Alaïa carga con sus dos perros caminando por París con la modelo Frederique van der Wal que viste un vestido de cuero del diseñador, 1986 / Arthur Elgort para Vogue

En los 90 tuvo un pequeño parón y la firma pasó por manos de otras compañías hasta que Azzedine volvió a recuperarla por completo. En 2017, volvió a la Alta Costura tras 6 años sin participar pero una aparatosa caída lo dejó en coma y una semana más tarde murió en el hospital. Así, la moda perdió a uno de los grandes, que aun siendo tan importante es desconocido por muchos, ya que según él mismo decía: “prefiero morir antes que ver mi cara en una marquesina.”

Azzedine Alaïa junto a Elle McPherson, 1986 / Guilles Bensimon

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