HISTORIA

El pantalón femenino, el empoderamiento de la comodidad

Como pasa con muchas revoluciones, la de los pantalones femeninos no empezó a andar hasta que, por encima de revolucionaria, resultó ser práctica y necesaria. Y es que en 1850, la activista de los derechos de la mujer Amelia Bloomer ya propuso un cambio de vestimenta para la mujer que le facilitara el movimiento que incluía unos pantalones bombachos en The Lily, una publicación reivindicativa dirigida a los «intereses de la mujer”. Obviamente, al ser una propuesta cuyo único objetivo era liberar a la mujer, esta fue objeto de burla tanto por la prensa como por la gente y solo se utilizó como prenda para andar en bicicleta (lo que ayudó a bajar el alto número de accidentes por faldas enganchadas en las ruedas, dicho sea de paso).

No sucedió lo mismo casi cien años más tarde, en la Segunda Guerra Mundial, cuando los hombres se marcharon a la guerra y las mujeres tuvieron que tomar sus puestos en las fábricas. Ahora ya no era cuestión de simple empoderamiento femenino, que no interesaba a nadie importante, sino de seguir adelante con la producción. Durante este corto periodo de tiempo las mujeres adoptaron la vestimenta de trabajo de los hombres, se pusieron pantalones y monos de trabajo y se recogieron el pelo, hasta que al terminar la guerra tuvieron que volver a casa a cumplir con su rol de madre y esposa. Al contrario de lo que pudiera parecer, la moda femenina se hiperfeminizó, muestra de ello es el New Look de Dior de 1947. Sin embargo, la semilla ya estaba plantada.

Mujeres llegando a trabajar a un taller en Edmonton, Canada. Septiembre de 1943 (National Film Board of Canada)

En los 50 los vaqueros empiezan a brotar entre las estrellas de la gran pantalla, tanto masculinas y femeninas y la juventud se viste de Levi’s. En los 60 y 70 el movimiento de rechazo a la guerra de Vietnam, la lucha por los derechos civiles y el feminismo crean una generación juvenil rupturista con todo lo anterior, tanto en ideología como en moda, llegan los hippies y la moda unisex y el pantalón ya es prenda más que habitual del armario femenino.En cuanto a diseñadores hay dos nombres importantes. La primera, cómo no, Coco Chanel, que como hizo con otras piezas tomó los pantalones del armario masculino en aras de la comodidad y practicidad. El segundo, Yves Saint Laurent, que consolidó la idea en 1966 con Le Smoking, su icónico smoking femenino.

Le Smoking de Yves Saint Laurent, 1967 (Getty Images)

Hoy en día, como ocurre con la igualdad, el pantalón femenino es una de esas metas que podría parecer que ya está superada, pero queda camino. Por mucho que el armario esté a rebosar de vaqueros, la elección del pantalón por parte de las mujeres para ocasiones especiales suele ser anecdótica y se sigue relacionando el vestido y lo puramente femenino con la corrección en eventos como bodas o alfombras rojas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies