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Balmain, pasado y presente

La primera colección de Balmain fue presentada en octubre de 1945 por su fundador Pierre Balmain, nacido en Francia en 1914. Pierre empezó a estudiar arquitectura pero pronto lo dejó para dedicarse a la moda. Fue uno de los grandes diseñadores que tras la escasez de la Segunda Guerra Mundial reforzaron la estética femenina y la nueva ilusión por la moda que se había quedado estancada durante la guerra. Esa nueva estética glamurosa atrajo a grandes estrellas del momento, como Ava Gardner, Marlene Dietrich y Brigitte Bardot. Se decía (y se dice) que Pierre estaba más interesado en el dinero que en el legado artístico, ya que su estrategia era clara: vestir de fiesta a todas las señoras acaudaladas de la época, de ahí la pullita de Coco Chanel: “en fin, las ricas provincianas también se tienen que vestir».

Balmain 1954

Tras la muerte de Pierre en 1982 (murió dejando completos los bocetos para la colección de otoño) Erik Mortensen tomo las riendas de la firma hasta 1990, mostrándonos el Balmain más ochentero envuelto en terciopelo negro. Cuando Erik Mortensen se marchó, un par de diseñadores tomaron las riendas sin mucho éxito, hasta que en 1993 llegó Oscar de la Renta, que dirigió la casa hasta 2002.

Todo cambio cuando en 2005 llegó a la firma Christophe Decarnin y la revolucionó de pies a cabeza. Decarnin se arriesgó dándole una estética propia y alejándose de la idea de vender a todas las ricas del momento, la amarías o la odiarías. Nicole Phelps dejó clara su opinión en una crónica de uno de los primeros desfiles, “no entiendo qué tiene que ver esto con el legado de la casa». En cambio, el público parecía tener otra opinión y Balmain no dejaba de subir en ventas.

Ropa rota a precios estratosféricos, minivestidos demasiado minis hasta para llamarlos vestidos, tachuelas, cuero…. Las mujeres parecían estar aburridas de lo que habían visto antes y se entregaron a esta nueva estética decadente pero con precios desorbitados. Mientras el resto de diseñadores intentaban explicar el arte tras su moda, Balmain te lo ponía fácil: era ropa para ir de fiesta o a un concierto sin mucho más trasfondo que ese, pero que no todo el mundo podía permitirse, por lo que, como suele pasar, todo el mundo la quería.

Entonces, en febrero de 2011 llegó Olivier Rousteing y terminó de catapultar Balmain. Con su “Balmain Army” de celebrities se ha convertido en el sinónimo de lo sexy hoy en día: la  silueta predominante de vestidos cortos (muy cortos), con la cintura estrecha, los hombros marcados y tanto ornamento y artesanía en ellos que parecen salidos de un museo. Los likes lo confirman, la firma está en la cresta de la ola.

Olivier Rousteing con Cindy Crawford en la campaña para primavera 2016

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