Jean Paul Gaultier desde los ojos de Olivier Rousteing
Desde que Jean Paul Gaultier dijo adiós a la moda (o al menos a diseñarla) la firma ha tomado un rumbo más que interesante y, cuanto menos, novedoso. Cabría esperar que la maison reclutara a un nuevo y prometedor diseñador para llevar las riendas de la casa pero, lejos de eso, Jean Paul Gaultier se ha abierto a ser reinterpretada por un sinfín de diseñadores, nuevos y consagrados. Primero fue una colección prêt-à-porter, diseñada entre 5 diseñadores emergentes, entre los que se encontraban Palomo Spain, hasta Ottolinger, Lecourt Mansion, Alan Crocetti y Marvin M’Toumo.
Después vino la Alta Costura. La firma anunció que cada colección la diseñaría un diseñador invitado diferente y que así, la firma podría ser reinterpretada una y otra vez desde diferentes puntos de vista. Esta ha sido la tercera colección de este tipo, y tras las de Chitose Abe (Sacai) y Glenn Martens (Y/Project), ahora, para la temporada de Alta Costura de otoño-invierno 2022, le ha tocado el turno a Olivier Rousteing, director creativo de Balmain desde 2009.
La colección ha resultado ser una carta abierta a el propio Gaultier, que decidió no ver nada antes del desfile. Su reacción, desde la primera fila de la pasarela es una muestra de que la apuesta por Rousteing ha sido un éxito. Al final del desfile, ambos dos han salido a saludar de la mano.
Las referencias a la historia de la firma son interminables: los pantalones trampantojo, la icónica camiseta de rayas, la ropa “tendida” del cuerpo, los corsés, las infinitas referencias a Madonna y, el más viral de todos, el frasco del mítico perfume Le Male, reconvertido en vestido, cuyo torso de vidrio ha sido creado por los cristaleros que tratan de reproducir hoy en día las vidrieras de la mismísima Notre Dame. El perfume, uno de los mayores éxitos comerciales de la firma, ha sido una referencia importante para Olivier, que recuerda: “Cuando era niño veía mi padre, un hombre heterosexual, con su frasco del perfume Le Male: un torso masculino con una camiseta corta. Me fascinaba. Jean Paul derribó ciertas barreras de la cultura popular de las que mucha gente ni siquiera era consciente”.
La calle y la Alta Costura se han unido en una colección que tiraba mucho al prêt-à-porter, iniciada por 14 looks masculinos inspirados en la colección de primavera-verano 1994 de Jean Paul Gaultier, «Les Tatouages», colección que la propia firma lleva temporadas reinterpretando en nuevas prendas que saca a la venta. En cuanto a la estética de Rousteing, destacan las siluetas de vestido-armadura típicas de Balmain y los zapatos de plataforma que el propio Olivier viste habitualmente.
Una de las partes más destacables del show ha sido el intento por “sacarlo a la calle”. Mediante pantallas en el exterior el público podía ver en todo momento el desfile en directo y los y las modelos, tras caminar por la pasarela han salido a un balcón para que cualquiera pudiera ver la colección en vivo.
Olivier se crió viendo a Gaultier triunfar con su diversidad e inclusividad. Todo ello ha sido lo que ha impulsado esta colección que le ha permitido “salir de la zona de confort y descubrir su propio ADN”, ya que no tiene una firma propia en la que pueda hacerlo según él. Además, cómo no, ha querido hacer un homenaje al que, según Rousteing, inició muchas de las luchas actuales, y es que, en sus propias palabras, “Necesitamos recordarle a la gente que muchas de las batallas en las que estamos inmersos hoy las libró él primero”.
Imágenes: Isidore Montag, Gorunway.com