
Tabi Boots, las amas o las odias
Las botas Tabi de Maison Margiela son uno de los grandes iconos de la moda, uno de esos que todo fashionista quiere tener, casi como una obra de arte más que como prenda, y que la gente ajena a la moda simplemente no puede entender.
Antes de empezar, respondamos las dos preguntas que seguro que os estáis haciendo para poder seguir: sí, los dedos van separados dentro de la bota; y no, no son incómodos, de hecho todo aquel que los viste asegura lo contrario.
Ahora sí, vamos al grano. Las Tabi se presentaron en la colección debut de Maison Margiela en 1988 (colección primavera-verano 1989) y están inspiradas en los tradicionales calcetines de los japoneses (llamados también Tabi) pensados para llevar con sandalias. En aquella primera colección las modelos caminaron sobre una tela blanca con los zapatos cubiertos de pintura roja, dejando así unas huellas similares a la pezuña de un animal. Más tarde, esas telas y sus huellas de pintura roja se convirtieron en un chaleco para abrir su siguiente colección.

Han pasado ya más de 30 años desde entonces y las Tabi no han dejado de reinventarse. Obviamente, a estas alturas ya los hay de todas las formas y colores, pero siempre con su pronunciada abertura central. Entre las versiones más famosas se encuentran los Toppless Tabi, una versión que consiste en solo la suela del calzado, suela que las modelos llevaban atadas con cinta adhesiva a sus pies.

Las Tabi son ya una pieza de culto y son a Maison Margiela lo que el 2.55 es a Chanel o el trench a Burberry. Todo un statement en forma de calzado que sigue enamorando y horrorizando a la gente tras tanto tiempo, y es que puede que esa sea la clave de su éxito. Según palabras del mismo Martin Margiela sobre aquella primera colección, “Es para un pequeño grupo de mujeres y no les gustará a todas. Es importante hacer lo que quieres y siempre habrá personas que no estarán de acuerdo”.

