ACTUALIDAD,  LA INDUSTRIA

Semana de la Alta Costura Digital, conclusiones

– Texto de opinión –

Ya han pasado varios días desde la primera Semana de la Alta Costura Digital de la historia (puedes verlo todo en estos posts: día 1, día 2, día 3) y ahora toca sacar conclusiones.

Este año, todo es diferente y la industria de la moda dice estar renovándose a causa del covid (por necesidad, más que nada). Por ello, para esta Semana de la Alta Costura, la de otoño invierno 2020, las firmas han tenido que ser más creativas que nunca, y la verdad es que, sin darle demasiadas vueltas, ni buscar palabras bonitas: ha sido una decepción.

Lo que se nos presentó como una oportunidad para la creatividad, para probar cosas nuevas, para sorprendernos y romper moldes, ha resultado ser un batiburrillo de videos tipo anuncio de perfume, desfiles de los de siempre, anuncios de otras cosas mayores (ya veremos si estas nos convencen), videos musicales y cortos de toda la vida; nada nuevo bajo el sol.

La realidad, es que grandes firmas que acostumbraban a darnos un espectáculo sin igual estos días, que se apoderaba de las redes sociales por unas horas, no han sabido reaccionar. De hecho, cuando se les ha quitado el desfile in situ han demostrado una gran falta de creatividad.

La Alta Costura es la gran herramienta de marketing para que las firmas de lujo muestren su poder y su exclusividad, pero lo que hemos visto esta temporada es que sin grandes instalaciones la gran mayoría se queda sin ideas. Está claro, si le quitas al show habitual toda la parafernalia que lo rodea, nos obligas a revisar las colecciones, y nos damos cuenta de que muchas de ellas no son para tanto.

Otro gran factor que cabe destacar es la discordancia de varias firmas con la realidad. La moda, como el arte en general, es hija de su tiempo y así debe serlo, no algo casi divino que va al margen del mundo y a lo que nada le afecta. En tiempos de pandemia mundial y grandes cambios sociales, en el que todo el mundo ha tenido que parar de golpe y nos estamos replanteando todo nuestro sistema de producción y con un gran movimiento social por la igualdad racial en marcha, es absurdo lanzar un mensaje sin la mínima relación con todo ello, no tiene sentido. No hay necesidad de que todo gire en torno al monotema, pero algo, un mínimo, tiene que haber. Resumiendo, que si no nos cansamos de decir que la moda es algo más que simples trapitos, que nos moldea y la moldeamos como sociedad, no tiene sentido que ahora las firmas lancen colecciones con un mensaje que perfectamente podría encajar hace un año.

En conclusión, el gran cambio que se nos prometió puede que ni sea tan “gran”, ni mucho menos “cambio”.

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