“La moda debería ser una forma de escapismo, no de aprisionamiento”, Alexander McQueen

Incomprendido, anarquista, abiertamente homosexual, irreverente y rompedor, así fue Lee Alexander McQueen. Nació en Lewisham, Londres, en una familia humilde. Desde pequeño supo que quería “ser algo en la moda”, por lo que, pronto, con 16 años, dejó los estudios y entró como aprendiz en la prestigiosa sastrería Anderson & Sheppard. Más tarde, y tras trabajar en Milán para el diseñador Romeo Gigli, se graduaría en la Central Saint Martins, donde su colección de graduación, inspirada en Jack el destripador (sí, has leído bien) lo desataría todo.

Entre el público de aquella primera colección en 1992 se encontraba Isabella Blow (editora de Vogue UK) quien compró la colección completa y se convirtió así en su mentora.

Su estilo, oscuro y femenino y muchas veces muy inspirado en las aves (una gran afición desde pequeño) no dejaba indiferente a nadie, y sus shows eran puro espectáculo. Con su quinta colección, Highland Rape, empezó a coleccionar polémicas. No daba casi entrevistas, ni le gustaba la prensa, por lo que entre el aura de misterio que esto le daba, todas las polémicas y el estilo oscuro, se creó el personaje.

En 1996 fue elegido como sustituto de John Galliano en Givenchy, donde, le gustara o no, tenía que abrirse a la prensa. Pudo centrarse plenamente en su firma a partir del 2000, cuando Kering compró el 51% de su firma, y así comenzó la expansión de McQueen.

La primera colección presentada bajo el ala de Kering, The Dance of the Twisted Bull, también trajo controversia. La presentó entre humo y gemidos, solo unos pocos días tras el atentado del 11S, y es que según él “la moda nunca debe ser políticamente correcta, de lo contrario nunca seria revolucionaria”

Recibió 4 premios como mejor diseñador británico del año, uno como mejor diseñador internacional, e incluso honores de la realeza británica, que recogió solo por hacer feliz a sus padres, ya que él era antimonárquico.

Cuando a Kate Moss la pillaron esnifando cocaína la moda la vetó por un tiempo, pero McQueen la presentó flotando en un holograma, este momento es historia de la moda.

En 2007, su mentora Isabella Blow se suicidó y se cree que fue entonces cuando empezó la espiral depresiva que le llevaría a suicidarse a los 40 años el 11 de febrero de 2010, unos días después de perder a su madre y pocos antes de su siguiente desfile en Paris.

Sarah Burton (su mano derecha) tomó las riendas de la firma y la moda se vistió de luto. El siguiente año se le dedicaría la exposición del Met bajo el nombre Savage Beauty, una de las exposiciones más exitosas hasta la fecha que tubo que abrir sus puertas incluso los festivos para responder a la demanda.

Su último desfile, Plato´s Atlantis, en octubre de 2009, fusionó moda y tecnología, y se presentaron los icónicos míticos zapatos armadillo que vestía Lady Gaga