HISTORIA

El traje de baño femenino: de la antigüedad al Átomo

En las diferentes épocas de la historia, la moralidad del momento ha ido tapando más o menos el cuerpo femenino y esto afecta, de una manera especial, a lo que vestimos cuando las temperaturas son más altas que nunca.

Es cierto que hay representaciones griegas que demuestran que el bikini (o algo parecido) ya se usaba en la antigüedad para realizar actividades deportivas, pero con la llegada del cristianismo y su estricta moral, esta prenda simplemente dejó de existir. Las razones de ello son tan obvias que ni merece entrar a comentarlas, así que saltemos directamente hasta al siglo XIX.

A finales del siglo XIX las mujeres ya usaban trajes de baño de dos piezas, pero estas cubrían absolutamente todo el cuerpo, convirtiendo el traje de baño en básicamente unos pantalones largos y una camiseta de manga larga.

Una de las primeras en romper con todo ello fue Annette Kellerman, una nadadora australiana, actriz y escritora que se atrevió a diseñar su propio traje de baño y lucirlo en público en Boston en 1907. El bañador de la discordia era una especie de mono ajustado y sin mangas, que dejaba al descubierto la figura de Kellerman. La sociedad estadounidense no lo vio con buenos ojos y Annette fue arrestada por indecencia en ese mismo momento. Pero al otro lado del Atlántico, en Europa, la idea parece que gustó y empezó a verse la prenda en las playas.

Annette Kellerman vestida con el traje de baño por el que la arrestaron, 1907

En los 40 el traje de baño habitual era una especie de minivestido amplio que escondía por completo la figura de la que lo llevaba. Además, los materiales utilizados como el algodón o el lino hacían que al entrar en contacto con el agua el bañador doblara su peso, por lo que la comodidad quedaba descartada. Todo eso cambió con la invención de nuevos materiales más waterproof, como el látex o el nylon, que permitieron mojar las prendas de manera cómoda.

Y así, llegamos hasta el primer pseudobikini: el Átomo, llamado así por su minúsculo tamaño (minúsculo para la época, claro). Una prenda diseñada por Jacques Heim en 1946 que por fin mostraba el abdomen, eso sí, sin pasar nunca del ombligo.

El Átomo de Jacques Heim, 1946

El ombligo era el límite que la moral del momento podía permitir. Existía incluso un código, el Código Hays, que regulaba lo que podía y no podía mostrarse en las películas de Hollywood que prohibía rotundamente mostrar el ombligo de una actriz en la gran pantalla. Hasta que alguien se atrevió a hacerlo y entonces sí, en ese mismo año, se inventó el bikini (no sin consecuencias ni controversia) y el Átomo de Jacques Heim quedó totalmente eclipsado por otra prenda bastante más minúscula, pero para no alargarnos tendremos que hablar de ello en un segundo post.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies