
La venganza de Balenciaga
En este extraño juego de copias, no-copias, robos y hackeos que se traen Gucci y Balenciaga ahora le tocaba tirar a Balenciaga. Si hace dos meses el mundo de la moda se llevaba las manos a la cabeza con los logos de ambas firmas unidos en el desfile de primavera verano 2021 de Gucci, ahora Balenciaga hace lo propio en su colección para primavera 2022. Y no se ha conformado con hackear al otro como defendía Alessandro Michele (Gucci), sino que ha decidido hackearlo todo, y es que en este desfile nada es lo que parece ser, todo es fake.
El vídeo publicado dura menos de 7 minutos y muestra un desfile en falso directo, con un falso público y falsas modelos, ya que, en realidad, todas las modelos, masculinos y femeninos, son un «clon» de la modelo Eliza Douglas con diferentes retoques digitales. Una colección, no en vano, llamada “clones” (término que se usa a menudo en la moda para referirse a las copias). “Nadie estuvo ahí y nadie es real, es un show que nunca ha sucedido”, ha comentado Demna Gvasalia, director creativo de Balenciaga, tras el estreno, y añade “pero la ropa es real, ha sido hecha”.
Un bolso con el monogram de Gucci (cambiando la G por la B, claro está) y con una pintada que dice “this is not a gucci bag” ha resultado ser la imagen perfecta que define todo este sinsentido planeado, y ha volado por las redes. También hemos podido ver el clásico cinturón bestseller de Gucci reformulado con el BB de Balenciaga, al que auguramos un gran éxito de ventas como el que tendrán las prendas de Gucci con los típicos logos en diagonal de Balenciaga. Y en cuanto a la cuestión de quién se lleva el beneficio económico por los diseños del otro, recordad que todo queda en casa, ya que ambas firmas pertenecen al conglomerado del lujo Kering, por lo que no hace falta repartir el pastel.

Pero no todo va de coger lo del otro, esta colección ha servido también para recoger lo sembrado por Demna en sus seis años al frente de Balenciaga y rescatar así sus referencias y siluetas más reconocibles, como la sastrería extraoversize, los vestidos estampados sueltos, las chaquetas de esquí, las sudaderas, los vaqueros en clave cyber-goth y su reconocible sentido del streetwear, así como la reinterpretación de su colaboración viral con las Crocks y el clásico lazo de diamantes del archivo de la maison.
Lo que sin duda ha conseguido el desfile es dejarnos aun con más ganas para el 7 de julio, fecha en la que Balenciaga volverá, tras 53 años de ausencia, a la Alta Costura por todo lo alto. Ha restaurado el salón de costura original de Cristóbal Balenciaga y tras tener que retrasar un año el show por la pandemia, el trabajo de artesanía que requiere la colección ya lleva más de un año en marcha para presentarse, esta vez en real life, frente a un grupo reducido de invitados. En palabras de Demna para WWD: “La Costura representa la libertad de creación y la libertad en la moda. Quizás es la razón por la que la deseaba con tantas ganas. Creo que la Alta Costura puede salvar a la moda de una forma moderna”.

