TENDENCIAS

El ascenso del athleisure en 2021

Si alguien no conoce el termino athleisure se podría definir básicamente como la ropa deportiva (o de estética deportiva) llevada a la calle. Vamos, a lo que hace años llamábamos el “chándal con tacones”. Athleisure no se debe confundir simplemente con vestir con ropa deportiva, no es eso de volver del gimnasio con la ropa de deporte, si no el mezclarla con la ropa de vestir y salir así directamente de casa, sin ninguna intención de pisar un gimnasio ni nada parecido. Esto hace que muchas veces las prendas no sean deportivas en sí, y es que aunque quieras esa estética deportiva, no pretendes hacer deporte con ellas.

Hace muchos años que se ha normalizado ya lo que a anteriores generaciones podría haberles escandalizado, y es que ahora vamos de fiesta con zapatillas, combinamos los pantalones de chándal con tops de vestir y nos colgamos la riñonera por encima del vestido de flores.

Esto todo lo tenemos ya normalizado, a tal nivel, que en 2020 parecía que había llegado a su punto máximo y empezaría a desinflarse. Se supone que volvería a estar de moda la ropa más de vestir, un estilo más clásico, incluso preppy. Pero llego el covid y nos encerró a todos en casa. ¿Quién quería entonces vestir con una falda de tablas? Nadie. El público general se lanzó en masa a comprar chándales. Y aquí estamos ahora.

Si antes las firmas de moda simplemente diseñaban ropa de estética deportiva o técnica, ahora las propias marcas deportivas han alcanzado el nivel de “firma deseada”. La generación más joven lo que quiere es una plumas de The North Face o unas zapatillas de Nike. Así, las firmas de moda han tenido que lanzarse a la colaboración. Gucci dio en el clavo con su colaboración con The North Face, Coach lo ha hecho con Champion, Maison Margiela con Reebok y antes ya habíamos visto a Prada colaborar con Adidas, entre otros. Incluso Zara ha lanzado estas últimas semanas una colección en colaboración con Everlast, marca de ropa de boxeo.

Foto:
SKYLER2018/BACKGRIND

Está claro que la comodidad y el espíritu juvenil (en algunos casos incluso provocador) de ir en chándal a donde en principio no se debe ir, no parece que vaya a decaer pronto y claro ejemplo de ello son los nuevos directores creativos de las firmas de moda, que cada vez tiran más por sacarlos del streetwear y diseñar para esta nueva generación que ya no quiere vestiditos complicados y prefiere una sudadera de Balenciaga que se la pondrá encima del chándal de Adidas de toda la vida.

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