¿Qué está pasando en Vogue?
Llevábamos una semanas viendo cambios en las direcciones de la diferentes ediciones de Vogue y se podía ver que algo importante se venía, pero aun así, lo de Anna Wintour en el papel de directora de absolutamente todo no nos lo esperábamos. Y es que la semana pasada se anunció que Anna Wintour, editora jefe de Vogue USA desde 1988, sería (además de lo anterior y algún título más) la directora de contenido a nivel mundial de todas las marcas globales de Condé Nast Publications excepto The New Yorker, esto es: Vogue, GQ, Vanity Fair, Glamour, Wired, Architectural Digest (AD), Condé Nast Traveler… entre otras.
Así, tras un año de polémica sobre la figura de Wintour, en la que varias voces acusaron a Anna y a su entorno en Vogue de racista, obligándola así a disculparse públicamente por ello, al contrario de lo que se pudiera pensar, Condé Nast apuesta fuerte por ella y la hace directora mundial de contenidos y directora editorial global de Vogue. Así, por encima de Anna solo habrá una persona en la jerarquía del grupo, el consejero delegado de Condé Nast, Roger Lynch.
Este puesto de nueva creación que ocupará Wintour se suma al que pocos días antes se anunció para Edward Enninful, que será ahora director editorial Europeo de Vogue, siempre por debajo de Anna, claro. Enninful, editor jefe de la Vogue Británica desde 2017, es el único editor jefe negro en Vogue y es también conocido por sus ediciones “tirando a activistas”. Así, Enninful se convierte en el supervisor de todas las ediciones de Vogue europeas, un puesto nuevo al igual que el de Anna.
A todo esto le precede una serie de abandonos (no sabemos si forzosos o no) de diferentes editores jefes de Vogue, entre ellos Eugenia de la Torriente, actual editora jefe de Vogue España y que con el número de enero dirá adiós a su puesto, pero también Christiane Arp de Vogue Alemania, Fedele Usai y Luca Dini de Condé Nast italia o Angelica Cheung de Vogue China, entre otros. De este modo, se crean nuevos puesto de supervisores todopoderosos y se puede presuponer la pérdida de autonomía de las propias editoriales.
Solo cabe esperar y ver cómo son las siguientes ediciones de Vogue (y de Condé Nast en general) para ver si esto realmente será lo que parece ser: un proceso de estandarización. Lo único cierto es, que mientras Vogue USA lanza su número de enero de 2021 dedicado a «el nuevo mundo», esta filosofía no parece afectar demasiado a la propia revista y a sus altos cargos, cada vez más altos.
Portadas de Vogue USA para la edición de enero de 2021, bajo el lema «NEW YEAR, NEW WORLD»