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La moda como protesta social: la comunidad afroamericana

Hoy queremos hablar de cómo (una vez más) los blancos les robaron a los negros su estética. Y no, no nos referimos a las apropiaciones culturales que suelen ser tan sonadas y posiblemente más claras de ver: por ejemplo cuando Marc Jacobs les puso a sus modelos rastas postizas, Comme des Garçons pelucas con trenzas o la celebrity del momento se pasa con el autobronceador y el photoshop para acabar haciéndose un blackface en toda regla.

Hablamos de la cultura urbana o del hip hop, de lo que empezó como protesta en Estados Unidos y ahora es vendido (y vestido) en todo el mundo a precios desorbitados por grandes marcas que nunca los apoyaron.

La moda no es solo ponerse trapitos bonitos, en la mayoría de los casos representa algo, un cambio social o una reivindicación, y es importante conocer de dónde viene y lo que representa. Porque cuando te sientes desprotegido por la sociedad que te rodea se crean estilos colectivos para combatirlo.

En el caso de la comunidad afroamericana, en una sociedad en la que no tienes nada y no se te vaya a permitir tenerlo nunca, es normal coger lo que socialmente se te ha quitado y hacerlo tuyo. Un ejemplo de esa ostentación son las cadenas de oro, los logos de marcas de lujo bien a la vista o las falsificaciones de estas, como las que hacía Dapper Dan en Harlem y que la comunidad negra vestía (incluso estrellas como Mike Tyson que obviamente podía permitirse las originales sin problema).

Las zapatillas puede que sean la prenda más representativa. Y es que cuando, siendo negro, la única manera en la que se te permite triunfar es mediante el deporte (sobre todo el baloncesto), llevar unas Jordan no representa lo mismo que unas Converse. Y por supuesto, para ostentar es importante que estén bien limpias, debe parecer que las acabas de sacar de la caja cada mañana, y si son blancas e impolutas, mejor. De ahí viene el término Fresh, (sí, como The Fresh Prince of Bel-Air, aka El Príncipe de BelAir en Estados Unidos) y es que lo Fresh es vestir de nuevo, o al menos simularlo, y evidentemente, hacerlo, más que el mero hecho de hacerlo, significa el poder hacerlo.

(Al hilo del término Fresh se creó toda una cultura de la que vale la pena informarse y como recomendación está el documental Fresh Dressed de 2015)

Por otro lado, un factor clave es el apropiarse de los prejuicios que los blancos les colocaron. Los negros en Estados Unidos (y en cualquier país mayoritariamente blanco) eran (y son) tratados como delincuentes, por lo que la mejor manera de responder es directamente vestir como uno. El utilizar la capucha puesta nos recuerda a un delincuente que quiere taparse la cara y llevar los pantalones anchos (anchísimos) imita el uniforme de la prisión; esto último, unido a no llevar cinturón (ya que en la cárcel tanto cinturones como cordones no están permitidos por razones lógicas) deja la ropa interior a la vista.

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